domingo, 22 de septiembre de 2013

L@s únic@s profesionales

Ya he estado en muchas movidas: Por la paz, en contra de la Reforma Laboral, A favor del bachillerato bilingüe en el I.E.S. Pablo Neruda en Castilleja de la Cuesta... Son sólo algunas en los últimos años.

El ambiente el viernes, cuando nos concentramos a las puertas del Banco Popular y dentro, fue muy distinto de (casi) todas las demás: Se nota de lejos que la absoluta mayoría de nosotr@s no hace mucho pasábamos de largo cuando nos encontrábamos con un jaleo tal.

En las caras se percibe la inseguridad: ¿Cómo me porto? ¿Qué hago si viene la policía? ¿Qué digo si viene alguien del banco y me dice que me vaya? ¿Qué respondo si alguien en la calle (viandantes) o alguien en el banco (clientes, emplead@s) me suelta una fresca? ¿Qué hago si se lía?

Pero también hay mucha decisión, cansancio, enfado y ese brillo de personas que luchan por algo importante: sus viviendas, su vida.

Sí, su vida. Porque, ¿qué va a ser mañana si, además de perder la vivienda, quedamos con deudas de por vida? No es un poner: En nuestro caso concreto, y no es el más espectacular, lo que el banco nos propone -mirando los números por encima- es quedarse con la consulta (el inmueble donde trabajamos y ganamos nuestro sustento), quedarse con nuestra vivienda, y dejarnos una deuda mensual a 30 años por 900,00 €uros.

La pérdida de la vivienda duele: Llevas pagándola 16 años, y has dejado ahí mucho dinero. Han crecido en ella tus hij@s, y le has dedicado muchas horas de tu vida para arreglarla y hacerla tuya.
La pérdida de la consulta duele más: Cambiar tus condiciones de trabajo, ponerte de alquiler, reducir tu presencia pública para que se te vea y la gente venga a pedirte tus servicios, complica tu ejercicio profesional; puede que venga a menos... Más aún de lo que ya es el caso en vista de que mucha gente no puede costeárselo. Y ya no hablemos del dinero que has invertido pagando la hipoteca y acondicionando y manteniendo el espacio.

Pero duele mucho más que venga el carnicero (Banco Popular) y te diga: "Además de quitarte el bastón (el lugar de trabajo) y quitarte las botas (tu vivienda), te voy a cortar la pierna para el resto del trayecto que te queda."

"Vas a pensar en mí durante los próximos treinta años porque cuando te levantes por la mañana, vas a contar los céntimos de tus ingresos hasta que reúnas los 900,00 €uros mensuales. Y además a cambio de nada o, mejor dicho, a cambio de haberte quitado tu casa y tu lugar de trabajo. Y después de eso puedes empezar a pensar en tus necesidades o las de tus hij@s."

Duele y te cabrea.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Empezamos con la acción

Es algo muy común:
Estás sentad@ tranquilo disfrutando del paisaje cuando observas a lo lejos gente corriendo. Como es lejos, no te inmutas. ¡Qué razón hay para inquietarse!

Supongo que eso nos pasa a todo el mundo: Te das cuenta que te toca a ti cuando ya cada cual corre por su lado.


Llevamos años luchando con los bancos

Podría ser hasta gracioso: Aún conservo el discurso que di en la investidura después de las Elecciones Municipales 2.007. En él alertaba sobre la burbuja inmobiliaria, sobre la especulación, sobre la fragilidad económica y sobre la necesidad de una política preventiva ante lo que iba a suceder.

Pero no lo apliqué en mí, en nosotr@s, en nuestra familia... Las carreras se veían a lo lejos.

Desde entonces hemos ido observado, y padeciendo, un deterioro sin par de la economía, hemos empezado a sufrir las consecuencias de lo que -con todo rigor- se puede llamar un plan magistral criminal, y tenemos que enfrentarnos a las consecuencias de una serie de decisiones que han resultado ser un error.
El mayor error de todos: Confiar en que NOSOTR@S íbamos a encontrar una salida a esta MORTÍFERA TRAMPA que nos han tendido los cantos de sirena del BIENESTAR.

Valga lo que he expuesto aquí hasta el momento como introducción. Porque como digo arriba, en esta entrada no va de contar sucesos concretos o la historia entera de cómo hemos llegado hasta aquí. Si este blog sigue, contaremos esto más adelante. No, aquí vamos a tratar de la ACCIÓN.


Somos miembro de la PAH

Empezamos en el medio. Hace unas semanas y después de ver que sól@s no íbamos a conseguir, decidimos ser miembros de la PLATAFORMA de AFECTAD@S por las HIPOTECAS.

Desde entonces estamos ahí, vamos a las reuniones, en el abrigo del resto de l@s compañer@s, debatiendo los diferentes casos y las diferentes acciones, participando de acciones y en reuniones con los bancos. Hay muchas discusiones, mucho ambiente, lágrimas, risas, aplausos y algunos logros. Luchamos en cada caso hasta el final. Y son muchos. Hay de todo. Pero tod@s tenemos una cosa en común. Somos víctimas y nos enfrentamos a verdaderos depredadores: los bancos.

Quieren sangre, nuestra sangre. En forma del patrimonio fruto de nuestro trabajo (en algunos) casos de decenios.
Quieren nuestro dinero, el que quizás tengamos escondido para una emergencia en un bote en la cocina; el que a lo mejor ganamos a duras penas echando unas horas por unos céntimos; el que puedan tener nuestros padres y nuestras madres; el que puedan tener nuestr@s hij@s; el que podamos sacar vendiendo nuestros muebles.
Quieren nuestras casas, nuestros coches... lo que sea con tal de satisfacer sus ansias de poseerlo todo (o de llenar esos agujeros que según ellos no existen).

Y si puede ser nos quieren dejar, después de quitarnos todo con una deuda de por vida.


La PAH somos tod@s

La razón por la que salimos hoy con este blog y lo difundimos por ahí, es que hemos llegado a la conclusión que la PAH necesita apoyos. O dicho de otra manera: Tod@s l@s que estamos en la PAH necesitamos todos los apoyos que podamos tener, también desde fuera de la PAH.

En realidad cualquier logro de la PAH y de sus miembros para cualquier caso concreto de un@ afectad@ también es un logro para cualquier ciudadan@ (excepto aquell@s que se benefician de nuestra situación y nos explotan).

Por esta razón ponemos esto aquí: para que os suméis, apoyéis las concentraciones y las divulguéis. Es la misma razón por la mucha gente en la PAH que ya ha resuelto su problema con la hipoteca o nunca lo ha tenido sigue luchando con nosotr@s.

Y es la misma razón por la que nosotr@s, aunque no estuviéramos afectad@s, estaríamos allí.